60 aniversario de la Seminci

La Seminci, que es el nombre con que se conoce popularmente la Semana Internacional de Cine de Valladolid, celebra su 60 aniversario. Como mi festival favorito de cine, me siento contenta por formar parte del evento como jurado de la prensa internacional. Este premio se viene otorgando desde 1996 y ese año recayó en el film de los hermanos Jean Pierre y Luc Dardenne La promesa.

En 1956 se inauguraba como “Semana de Cine Religioso”. Hasta la tercera edición no adquiere el carácter de Internacional, aunque ya en la segunda se proyectan filmes de Vittorio de Sica, Bresson y La ley del silencio, de Elia Kazan. Es en la tercera edicion cuando se comienzan a entregar premios, siendo Fellini con Las noches de Cabiria uno de los premiados.

A partir de ese momento el festival empieza a hacerse más grande y durante los años consecutivos se pudieron ve películas de gran calidad entre las que podríamos destacar El séptimo sello, de Ingmar Bergman, Los 400 golpes, de François Truffaut. En 1960 la Semana añade la etiqueta de “y valores humanos”.

En 1961, la proyección de El apartamento conmociona a los espectadores, además será recordada para siempre como “la semana antinazi”, con las proyecciones de Todos a casa, de Luigi Comencini, Kapó de Gillo Ponteorvo o Mein Kampf de Erwin Leiser. Debido al momento político que se vivía en España, ya que era plena dictadura, la exhibición de esos filmes causó problemas a los organizadores del festival, pero la Semana siguió celebrándose y cada vez con más renombre internacional: en su octava adición ya contaba con casi dos centenares de periodistas acreditados, entre elllos de medios como Variety o L’Osservatore Romano.

Empiezan ciclos dedicados a Carl Th. Dreyer, más adelante a Murnau y Buster Keaton, y así año tras año hasta 1969, en que Luis Buñuel se convierte en protagonista sin asistir al festival con el estreno de La vía láctea. La censura de la época critica ferozmente a una película tan antirreligiosa como esta, pero ya no hay quien pare la evolución del Festival. Cowboy de medianoche, de John Schlesinger o La caída de los dioses de Luchino Visconti, y así las película de Rossellini, Bertolucci y Oshima llenan las salas de proyección. Con el estreno de Kes de Ken Loach la Semana consigue la complicidad de este director que ha participado en muchas de sus ediciones.

En los últimos años del franquismo, concretamente en 1973, el festival adquiere du denominación actual: Semana Internacional de cine de Valladolid.

Por este sestival han pasado grandes directores comprometidos con el cine social a parte de Ken Loach: Kieslowski, Ettore Scola, Michael Winterbottom, últimamente Egoyan, Guédiguian y una larga lista en la que casi todos acudieron a Valladolid acompañando sus películas y participando en ruedas de prensa y mesas redondas.

Valladolid, una ciudad castellana, cuna de reyes y escritores famosos, quizá no demasiado conocida en el resto del mundo, está desde hace tiempo en la agenda de muchos amantes del buen cine.

Mi primera experiencia con el festival fue en 1989 y no pudo ser mejor: Stanley Donen, invitado de honor, marcándose unos pasos de baile en el teatro al recibir su premio. Como se puede imaginar, la ovación fue mayúscula. Otro de los grandes momentos fue la entrega de la Espiga de Oro a Woody Allen en 2008, cuando hasta el último momento no se supo si el director acudiría a recogerla.

El publico de la ciudad, que llena las salas durante todos los días y hace que en muchas sesiones se agoten las localidades, es la mayor fuerza que tiene el festival para seguir adelante.

© Margarita Chapatte, 22-12-2015