“Cambio de reinas” y “En tiempos de luz menguante”: ganadora del premio de la crítica y mención especial respectivamente en el BCN Film Fest

En este texto, los miembros del jurado de la crítica del BCN Film Fest nos hablan de las películas premiadas. Carlos Balbuena comenta la ganadora Cambio de Reinas, Jesús González Notario de la mención especial En tiempos de luz Menguante y Margarita Chapatte hace un recorrido por todo lo que ha dado de sí la segunda edición de este festival.

 

1.Cambio de reinas (Marc Dugain, 2018)

Año 1721, Felipe de Orleans, regente de Francia a la espera de la mayoría de edad de Luis XV, organiza una trama retorcida y surrealista para conseguir la paz con España: el intercambio de reinas del que habla el título de esta película. La infanta Mariana Victoria, de solo 4 años, viajará desde España para casarse con el futuro monarca francés, y en sentido contrario viajará la propia hija del regente, de 12 años, para casarse con el Príncipe de Asturias, heredero al trono de España. A raíz de esta premisa de intercambios y viajes de ida y vuelta se despliegan los dos momentos más gloriosos de la película, que corresponden a las dos veces que ambas niñas se cruzan: el viaje de ida, en la frontera entre ambos países, las dos cortes realizan una ceremonia absurda que Marc Dugain resuelve enfatizando los paralelismos y las simetrías de forma excesiva, como burlándose del momento, de la situación, del protocolo excesivo, y que marca de alguna manera el tono de la película; y el viaje de vuelta, resuelto en un plano de una belleza que deslumbra por su desolación, un plano amargo, sostenido en el tiempo, en el que los dos carruajes se cruzan con parsimonia, un plano que vale una película y casi un festival.

En una sección oficial repleta de películas correctas, impecables incluso, pero desesperantemente planas e inofensivas, es un alivio encontrarse de pronto con una obra como Cambio de reinas, que sin abandonar los dos parámetros temáticos que abanderan el festival (la recreación histórica y la adaptación literaria, en este caso la novela Intercambio de princesas, de Chantal Thomas, co-guionista de la película) es capaz de proponer un interesante juego de puesta en escena que consiste, fundamentalmente, en huir como de la peste de los clichés formales tan caros al género.

Marc Dugain consigue, gracias a un audaz uso de la luz naturalista (que se desborda de forma bellísima en los planos de exteriores) y a una cámara mucho más interesada en los rostros y los roces que en la decadente sofisticación de los palacios, un muy interesante juego dialéctico entre la solemnidad protocolaria y acartonada de ese periodo histórico (y por extensión de las representaciones cinematográficas que suelen hacerse) y la naturalidad juguetona y desmitificadora de una puesta en escena que banaliza y humaniza hechos y personajes. No parece un mérito excesivo, pero se agradece que una película de género, destinada a priori a tener un estreno y un recorrido comercial convencional, decida alejarse (aunque en su huida no llegue todo lo lejos que se podría desear) de la comodidad ramplona de los códigos de un cine más o menos mainstream.

Con todo, esa más que interesante reflexión que el propio Marc Dugain se hace sobre las variantes formales a la hora de rodar los acontecimientos históricos no es tan sugerente como la lectura en clave actual que puede extraerse de un relato que pone en primer término (de una forma no del todo sutil, es cierto) el precario papel que ha jugado la mujer a lo largo de la historia.

Cambio de Reinas está muy lejos de ser una obra maestra, pero tiene suficientes virtudes como para ser considerada una película notable, muy por encima en todo caso del grueso de la sección oficial de este BCN Film Festival cuyo mayor pecado es el miedo al riesgo. No puede decirse que se hayan visto películas malas, pero uno espera en un festival ser sorprendido, increpado, incomodado, y, por qué no, ver alguna película tan mala que sea capaz de ofender.

 

2.En tiempos de luz menguante (Matti Geschonneck, 2017)

La cinta, una de las pocas de ficción de un festival plagado de filmes cuyos títulos de crédito incluían la expresión “basado en hechos reales”, parte de una novela del alemán Eugen Ruge. Situada unos meses antes de la caída del muro de Berlín, la acción tiene lugar durante el día del noventa cumpleaños de un patriarca comunista de la República Democrática Alemana. Todo es rutinario para el protagonista, Wilhelm Powileit (Bruno Ganz) en una celebración que ya conoce de memoria, demasiados años de homenajes vacuos. Su familia, los vecinos y los representantes del partido hacen cola para saludarlo y entregarle un ramo de flores. Lo que él ignora es que ese día su nieto ha decidido cruzar hacia el oeste, abandonando toda su familia y avergonzándolo ante las autoridades.

Bruno Ganz da vida al patriarca de la familia Powileit. Cuesta imaginar otro actor capaz de encarnar, con dignidad y decadencia, este personaje abandonado por la madre Rusia en un rincón del mapa comunista. El actor es la estructura sobre la que se asienta todo el film. Todo el reparto gira alrededor de él en una serie de duos que nos permiten ir descubriendo la historia de la familia hasta la revelación final. Aún así, la película es un tanto fría y cuenta con unas interpretaciones irregulares. En contraposición son también interesantes las escenas de la fiesta en las que se ponen de manifiesto las jerarquías familiares y sociales.

La historia de la guerra fría y el muro de Berlín han sido explicadas muchas veces en el cine, casi siempre desde la óptica de los que querían salir de allí o de las tramas de espionaje entre los dos lados. Por eso es tan original esta visión desde dentro del comunismo que plantea el film. El director Matti Geschonnek y el guionista Wolfgang Koolhaase condensan las tres partes de la novela original en un único acto, el de la recepción de cumpleaños. A través de las conversaciones de los protagonistas iremos descubriendo los dramas de una familia de comunistas atrapados entre el exilio en México, las prisiones siberianas y las penurias de un Berlín comunista y provinciano.

En tiempos de luz menguante es una cinta crepuscular sobre el final de una época. Un compendio de tres generaciones perdidas que ignoran lo poco que les queda para ser devorados por el capitalismo recalcitrante del otro lado del muro.

 

3.Un repaso por el BCN Film Fest

Por segundo año consecutivo y coincidiendo con el día de Sant Jordi, fiesta del libro, y además muy arraigada en la tradición popular debido a los intercambios de libros y rosas que se hacen los ciudadanos, se celebró el BCN film festival, que en su caratula de presentación hace esta pregunta: “¿Qué es más importante, el libro o la película?”. Por el tipo de programación que ofrece el Festival creo que sin lugar a dudas son las mejores fechas para celebrarlo.

El Festival inauguró con La sociedad Literaria y el pastel de patata de Mike Newell –presente en el Festival–, una película muy inglesa, sobre como logró escapar del control de los nazis un grupo de personas de la pequeña isla de Guernesey en el Canal de la Mancha.

En su segunda edición se ha optado por películas basadas en la literatura como Barefoot de Jan Sverák, donde el el director de la multipremiada Kolya hace un relato de la ocupación desde los ojos de un niño, basándose en las memorias de su padre.

Las estrellas de cine no mueren en Liverpool nos narra los últimos días de la actriz Gloria Grahame  al lado de su amante Peter Turner, en una historia escrita por el propio Turner. Anette  Bening y Jamie Bell son los protagonistas de este drama romántico dirigido por Paul McGuigan.

Otro  éxito literario, Siete días en Entebbe, llevado al cine por José Padilha, nos adentra en el mundo del terrorismo aéreo, en este caso el famoso desvío de un avión que se dirigía a Tel Aviv y terminó en Ruanda secuestrado por alemanes y palestinos. Interesante película para los jóvenes que no saben nada sobre este suceso.

A Taxi driver. Los héroes de  Gwangju es una curiosa película coreana, basada en un hecho real ocurrido en las manifestaciones multitudinarias de 1980.

Completaron la programación oficial películas como Mary Shelly, correcta película sobre la vida de la famosa escritora de Frankenstein y sus relaciones con el poeta Percy Selly, Rebelde entre el centeno, la historia extraño escritor J.D. Salinger o  El escándalo de Ted Kennedy, que explica el accidente ocurrido en la isla de Chappaquiddick, donde  murió la secretaria de Robert Kennedy.

A destacar el documental de Tom Wolf Maria By Callas, en donde vemos a la fantástica cantante de opera  a través de cartas y colecciones de fotografías, la mayoría privadas.

Una de las mejores películas de la sección oficial fue En tiempos de luz menguante, protagonizada por un magnífico Bruno Ganz, sobre la reunión de miembros del partido comunista alemán con motivo del 90 aniversario de uno de ellos.

Fuera de concurso pudimos ver La música del silencio de Michael Radford, sobre la novela autobiográfica de Andrea Bocelli y  Borg McEnroe, la historia de un partido de tenis que se convirtió en leyenda y  que, si no se conoce el resultado, casi parece un thriller. Roman J.Israel, Esq fue la película de clausura, un drama ambientado en el mundo de la abogacía por el que Denzel Washington estuvo nominado al Oscar. Todas las películas de este festival hacen trabajar al espectador, que la mayoría de las veces ha de recurrir a la Wikipedia para saber más sobre los hechos narrados en los films.

El festival ha constado de otras secciones como “Cine con gracia”, en la que se pudieron ver preestrenos de comedias, o la “Zona abierta” en la que entre otras se pudo disfrutar de la maravillosa Caras y lugares de Agnès Varda o la cinta premiada recientemente en el Festival de Málaga Les Distàncies de Elena Trapé. Además, un espacio dedicado a documentales de arte sobre Caravaggio, Goya y Van Gogh  y una gran retrospectiva sobre Bergman llenaron las pantallas de los cines Verdi de Barcelona durante una semana.

 

Carlos Balbuena, Jesús González Notario y Margarita Chapatte