“Lower Heaven” y “Vétérane”, ganadora del premio de la crítica y mención especial respectivamente en el MECAL
El jurado compuesto por los socios de la ACCEC Laura Blanco, Estanis Bañuelos y Marla Jacarilla han decidido otorgar el premio de la crítica del MECAL Festival Internacional de Cortometrajes y Animación a Lower Heaven, de Emad Aleebrahim Dehkordi. Además, han otorgado una mención especial a Vétérane, de Pier-Philippe Chevigny.
Las manos con las que esculpe las figuras de arcilla son las mismas que tendrá que usar para luchar y no morir en el camino. El arte que lleva dentro será el mismo que, por desgracia, estimule y ahogue sus sueños. Porque en el primer momento que tenga algo que perder, sabrá lo difícil que es mantenerlo.
Lower Heaven consigue, en un tiempo limitado, crear el contexto necesario para que el espectador conozca y comparta las inquietudes de dos jóvenes hermanos afganos e inmigrantes ilegales, recientemente llegados a Irán. Solo se tienen el uno al otro y se ganan la vida en la construcción. Su tiempo libre lo dedican a pelearse y a correr por los campos desérticos en busca de materiales para crear las figuras artesanales que elabora uno de los hermanos. Lo interesante de esta obra no radica en su punto de vista documental y certero, sino en su evolución narrativa. En apenas 20 minutos, el cortometraje se transforma y pasa de ser un film observacional a un crudo y estremecedor thriller.
Tres días en la vida de estos dos jóvenes son suficientes para trasladar el difícil camino que tendrán que andar para salir hacia delante. La supervivencia de estos pequeños es un reto continuo, y para ello tendrán que sacar su lado más salvaje y primario. Ese carácter que florece de la impotencia e indefensión. Ese carácter impropio de ellos del que se arrepentirán toda su vida.
Para ello su director, Emad Aleebrahim Dehkordi, apuesta por una impactante puesta en escena que en algunos momentos recuerda a Incendies, de Denis Villeneuve. Una historia sin adulterar que evita los maniqueísmos y que nos atrapa en su narración a través de una atmósfera opresiva que logra mostrar cómo la desprotección puede desvanecer los sueños infantiles. De un plumazo consigue, al igual que a los niños protagonistas, darnos y quitarnos al unísono toda esperanza de que algo puede cambiar.
Con la misma sinceridad y angustia, la interesante propuesta de Pier-Philippe Chevigny, Vétérane, no pasó desapercibida para la crítica. De ahí nuestra mención de honor en el festival. El canadiense firma un agónico relato sobre la prostitución y la incertidumbre que conlleva el paso del tiempo. Sandrine Bisson, en estado de gracia, interpreta a Camélia, una mujer de vida alegre que debe hacerse un hueco entre las jóvenes adquisiciones que llegan al salón erótico en el que trabaja. La angustia por conseguir el último cliente y las deudas de dinero que acumula son suficientes para que Chevigny radiografíe un personaje roto, invisible para la sociedad. La prostitución borra la identidad de las mujeres, pero también lo hace la edad que, inexorable, arrasa con cualquier cuerpo que ose hacerle frente.
Dos cortometrajes que aúnan propósitos de las muchas obras proyectadas en la 20ª edición de Mecal, el Festival Internacional de Cortometrajes y Animación, como son los traumas infantiles, la diversidad cultural, la búsqueda de uno mismo y la lucha contra la represión política y social.
Estanis Bañuelos y Laura Blanco