Publicaciones en festivales

ESCRITURA DE RESISTENCIA 

En su edición de 2003, cuando aún lo dirigía José Luis Cienfuegos, el Festival Internacional de Cine de Gijón publicó tres libros que cambiaron buena parte de las perspectivas que hasta entonces se tenía en los certámenes sobre la bibliografía cinematográfica: “Las variaciones Hartley” de Sergi Sánchez, “Olivier Assayas. Líneas de fuga” de Àngel Quintana y “En busca de Ulrich Seidl” de Carlos Losilla. Ya no se trataba solo de los directores tratados, el independiente estadounidense más radicalizado en ese momento, el más importante de los realizadores franceses de su generación y el austriaco maldito que vivía a la sombra de Michael Haneke. Lo interesante radicaba en la postura de los tres críticos al enfrentarse a los tres cineastas, la estructura de sus trabajos, la manera en que Losilla indagaba y perfilaba la biografía artística de alguien que le era desconocido, o como Sánchez partía del concepto de las variaciones remitiendo así a una de las películas de Hartley, Flirt (1995), que es la misma historia planteada de tres formas diferentes.

Aquellos tres libros adquirieron la forma de una epifanía. Los festivales de cine habían publicado antes excelentes volúmenes para acompañar sus retrospectivas. Lo han seguido haciendo después. Pero la libertad expresiva de estos tres trabajos significó un punto y parte en la concepción del libro de cine, tan castigado por las editoriales oficiales con contadas excepciones, y que ha encontrado en la política de publicaciones de los festivales su verdadera razón de ser. ¿Quién si no se atrevería a publicar trabajos sobre los tres directores citados, o en torno a Larry Clark, Aleksei Balabanov, Todd Solondz, Peter Watkins, Fatih Akin, Philippe Garrel, Abel Ferrara, Terence Davies, Terry Gilliam, John Sayles, Takashi Miike, Paul Schrader, Wong Kar-wai, Tsa Ming-liang, Bong Joon-ho, Aki Kaursmäki, Jim Jarmusch, Michael Winterbottom y André Téchiné, por citar solo unos cuantos nombres propios, además de ensayos sobre temas como la nueva comedia estadounidense, el tránsito entre Berlín-París-Hollywood en la era del cine clásico, las nuevas y radicalizadas corrientes del cine francés, la serie B norteamericana, la estética de Bollywood, las tendencias del novísimo cine japonés, el american gothic, el cine de la Europa del Este tras la caída del bloque comunista, el noir japonés, el cine australiano de los ochenta, el terror desde la perspectiva infantil, Aleister Crowley y el género fantástico, la relación entre la revista de cómics Metal Hurlant y el cine, los estilos cinematográficos nórdicos post- Dogma 95, el cine de culto, los sueños en el cine o la obra en formato corto de autores consagrados?

Esta es la labor emprendida desde hace años por festivales como San Sebastián, Sitges, Gijón, Valladolid, Las Palmas, la Semana de Terror de San Sebastián y Alcalá de Henares. Ya no llenan un hueco (el agujero editorial en cine es más negro que en el cómic homónimo de Charles Burns: de ninguno de los realizadores citados, excepto Jarmusch, existe en España un libro que no sea el publicado por un festival), sino que se crean nuevas pautas y maneras de entender el análisis cinematográfico, tanto a partir de una perspectiva individual como en función de una mirada poliédrica: las publicaciones de los festivales también han asentado la idea del libro colectivo en el que tienen cabida críticos y ensayistas de diversas tendencias, formaciones, medios y edades, abrazando todos la causa común de un mismo director, género o contexto.

Pura escritura de resistencia (activa y afectiva) tanto en lo que atañe al cine contemporáneo como al clásico. La labor desarrollada por el festival donostiarra (en colaboración con Filmoteca Española) en torno a directores formados en la época del cine mudo o a principios del sonoro, de Tod Browning a Dorothy Arzner, de John M. Stahl a Frank Borzage, de Mitchell Leisen a Gregory La Cava, con un hito concreto, la recuperación y celebración en 1998 de la obra de Mikio Naruse, así como la reconstrucción de la mirada sobre los nuevos cines de finales de los cincuenta en la serie de libros publicados por Gijón entre 2001 y 2007, volúmenes ya canónicos sobre esta materia, son otros datos a tener en cuenta. Entre casi todos los festivales y buena parte de los escritores cinematográficos de este país se han elaborado algunas de las mejores páginas de teoría y análisis sobre ese fenómeno serpenteante que sigue siendo el cine. 

Quim Casas